Los edredones son una pieza fundamental en cualquier dormitorio de invierno. Son el complemento perfecto para mantenerse abrigado y cómodo durante los meses fríos. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con la frustración de que, con el paso del tiempo y el uso frecuente, las fibras del edredón se desgastan y pierden su suavidad y relleno. Afortunadamente, existen medidas que podemos tomar para evitar que esto suceda y prolongar la vida útil de nuestro edredón.
Antes de entrar en las medidas de cuidado, es importante mencionar que la elección del edredón en sí misma puede influir en su durabilidad y resistencia al desgaste. Es recomendable optar por edredones con rellenos de mayor calidad, como plumón de ganso, que suelen tener una vida útil más larga y proporcionar un mayor aislamiento térmico. También es importante elegir una funda que sea adecuada para el tipo de edredón, ya que esto puede protegerlo de daños externos y prolongar su vida útil.
Una de las principales causas de desgaste de las fibras de edredón es el lavado frecuente y/o inapropiado. Por lo general, los edredones deben lavarse cada 6 meses o una vez al año, dependiendo del uso. Es importante evitar lavarlos con demasiada frecuencia, ya que esto puede dañar las fibras y reducir su vida útil.
Cuando se lave el edredón, es importante usar un detergente suave y sin blanqueadores para evitar dañar las fibras. También es recomendable usar agua tibia en lugar de caliente, ya que esto puede ayudar a evitar que se dañen las fibras.
Al momento de secar el edredón, lo ideal es dejarlo secar al aire libre. Si no es posible, en su lugar se puede usar una secadora con calor bajo. En ambos casos, es importante asegurarse de que el edredón quede completamente seco, ya que la humedad puede favorecer la aparición de moho u otros tipos de daño.
Otra forma de evitar el desgaste de las fibras es utilizar correctamente el edredón. Evita sentarte o apoyarte directamente sobre él, ya que esto puede comprimir el relleno y hacer que pierda su forma. También es recomendable sacudirlo y airearlo regularmente para evitar que las fibras se compriman y pierdan su esponjosidad.
Si bien es ideal usar fundas de edredón para protegerlas de la suciedad y otros daños, es importante también lavar estas fundas con regularidad para evitar que los ácaros o la humedad se acumulen en el edredón desde dentro de la funda.
Finalmente, es importante guardar el edredón cuando no se use de una manera correcta. Lo ideal es almacenarlo en un lugar fresco y seco, pero no en una bolsa sellada. Esto puede favorecer la acumulación de humedad y otros agentes dañinos que pueden reducir la vida del edredón.
En su lugar, opta por una funda transpirable que permita la ventilación. También es recomendable sacar el edredón de vez en cuando para airearlo, de esta forma se evita la acumulación de ácaros y otras sustancias en el relleno.
Con un cuidado adecuado, es posible prolongar la vida útil de nuestro edredón y conservar sus fibras, suavidad y volumen durante períodos más largos de tiempo. Al seguir estos sencillos consejos, podremos disfrutar de la comodidad y el abrigo de nuestro edredón durante muchos inviernos.